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Foto del escritorSoy de Almería

Dolores Gómez, la auxiliar de enfermería que tocó el corazón de cientos de pacientes en Almería

Hay personas que marcan la diferencia en la vida de los demás; personas que hacen de su trabajo una vocación y que, con su dedicación y compromiso, tocan el corazón de aquellos que necesitan de su ayuda. Dolores Gómez Amate (Loli para los amigos) es una de esas personas. Ella es una auxiliar de enfermería que, tras más de 40 años trabajando en el Hospital Torrecárdenas de Almería, se jubila.



No es fácil resumir en unas pocas líneas todo lo que Dolores ha hecho por su hospital, por sus compañeros y, sobre todo, por los pacientes que han pasado por sus manos. Son incontables las sonrisas que ha repartido en momentos difíciles, y es incalculable el número de vidas que ha tocado con su dedicación y compromiso.


Para Dolores, ser auxiliar de enfermería no ha sido simplemente un trabajo, ha sido una vocación, una forma de vida. Ha entregado su corazón a cada uno de los pacientes que han pasado por sus manos, siempre con una sonrisa en los labios y unas palabras de ánimo en el corazón. Su calidez humana y su empatía han sido el bálsamo que muchos han necesitado en los momentos más duros.



Dolores se ha convertido en un pilar fundamental del hospital y de la comunidad. Su labor ha trascendido más allá de su trabajo, ya que ha sido una influencia positiva para sus compañeros y para todos aquellos que han tenido la suerte de conocerla.


Pero ahora, después de 40 años de dedicación y compromiso, llega el momento de decir adiós. Dolores ha decidido poner fin a su carrera profesional y disfrutar de un merecido descanso. A pesar de que se merece todo lo mejor que la vida puede ofrecerle, su ausencia será notoria.



Será difícil llenar el vacío que dejará su partida, pero el legado que Dolores deja es incalculable. Su trabajo, su dedicación y su compromiso son un modelo de conducta que todos deberíamos emular. Su labor en el hospital Torrecárdenas ha dejado una huella imborrable en la vida de los pacientes, sus familias y sus compañeros.



Por todo lo que ha hecho por la comunidad y por las personas que han pasado por sus manos, hoy le decimos "gracias" a Dolores Gómez. Gracias por su entrega, por su dedicación, por su empatía y por su calidez humana. Sabemos que su partida deja un hueco difícil de llenar, pero también sabemos que su legado perdurará y seguirá inspirando a quienes la conocieron y a quienes, en el futuro, tengan la suerte de cruzar su camino. ¡Gracias, Dolores!



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